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Tras 3 años de pandemia, no hay tiempo que perder. Los niños y niñas TIENEN que ir a clases, ya que en los últimos 4 años han tenido 97 semanas de clases perdidas, estamos hablando de 24 meses que corresponden a dos años y medio de escolaridad. Si bien el gobierno trabaja en un Plan de Reactivación Educativa, si los niños, niñas y jóvenes no van a clases, dicho plan no tendrá impacto.

La evidencia nos muestra que los estudiantes con ausentismo crónico, es decir, quienes faltan más de un mes de clases al año, tienden a tener mayores probabilidades en el futuro de tener peores sueldos, mayores periodos de cesantía, más inestabilidad laboral e incluso más probabilidades de caer en la delincuencia que aquellos estudiantes que tienen asistencia regular, y como todos ya sabemos, los estudiantes con ausentismo crónico también pueden duplicar e incluso triplicar las probabilidades de desertar, es decir, de abandonar el colegio y salir del sistema.

Es por esto que llamamos a las familias a NO perder tiempo, a que nos comprometamos desde el primer día con la asistencia. Marzo es un mes donde tenemos que aprovechar de mandar a los niños y niñas a clases: hay buen clima, está el entusiasmo y estamos descansados.

Así, la invitación es a que nos juguemos todas las cartas en este inicio de año, ya que cada día cuenta para el futuro de nuestros jóvenes.

 

Rebeca Molina
Directora ejecutiva
Fundación Educacional Presente